La ganadería la funda D. Félix Ozcoz Villarreal (padre de
los actuales propietarios), tras su fallecimiento, en 1997, la ganadería pasa a
manos de Sergio y Félix Ozcoz Gracia.
La procedencia de esta ganadería tenia originalmente un
encaste mayoritario de Graciliano Pérez Tabernero y Albaserrada, pero la
procedencia actual es “Contreras”, vía Baltasar Ibán.
También se conserva una punta de ganado de Casta Navarra
procedente de Roque Alaíza. Félix Ozcoz Villarreal, mantuvo vacas de esta
procedencia. Esta ganadería tiene su origen en la vacada de Roque Alaíza, que a
su vez desciende del tronco de la Casta Navarra que poseía la familia
Güenduláin. Por tanto nos encontramos ante una ganadería que desciende de las
raíces más puras de la Casta Navarra. A pesar de la procedencia Contreras que
posee esta ganadería, estas reses coloradas de encaste navarro, siempre se ha
llevado por separado si mezclarse con estas otras procedencias, por lo tanto,
se puede afirmar, que los animales de Casta Navarra que todavía conservan los
Hnos. Ozcoz siguen siendo descendientes
directos de uno de loa troncos más puros del encaste navarro como es el de
Alaíza vía Güenduláin.
En el año 1959 pasó la ganadería a manos de D. Félix Ozcoz
Villarreal que hasta entonces había sido mayoral de la misma, en manos de este
gran ganadero siguió la ganadería hasta 1997, año de su fallecimiento que pasó
a sus hijos D. Sergio y D. Félix Ozcoz Gracia.
Lo que no ha variado, ni se ha cruzado nunca es esa punta de
ganado procedente de lo de Alaíza, o sea, casta navarra pura. Félix Ozcoz padre
era un enamorado de este encaste y ese amor lo transmitió a sus hijos, los
cuales, como no, no solamente conservan este primigenio encaste, sino que están
decididos a potenciarlo y conservarlo.
Las tientas realizadas en esta ganadería no distan mucho de
ser una tienta tradicional, o como se realiza en la mayoría de las ganaderías
andaluzas o castellanas, las becerras y los novillos se tientan a caballo,
exigiendo los ganaderos a sus vacas que cumplan en exceso en el peto, se
recalca esto, porque en la mayoría de las ganaderías cuyas reses se destinan a
las capeas, como es el caso que nos ocupa, las tientas no se realizan de esta
forma, las reses no ven un caballo de picar jamás, o solamente meten al caballo
al que puede ser el padre de la ganadería, algún macho de buena familia en el
cual los ganaderos confían plenamente. La tienta, en la mayoría de los casos,
es la propia capea, donde el ganadero observa las reacciones de las reses con
recortadores o roscaderos, si la vaca funciona se reserva para estos menesteres
y, sino se destina a correr calles en los encierros.
La ganadería de los Hnos Ozcoz, se basa fundamentalmente en
las capeas, sus vacas suelen recorrer año tras año diferentes localidades de
Aragón , Navarra y comunidad valenciana, aunque buena parte de los novillos se
destinan a festivales y novilladas sin caballos, por lo tanto en las tientas
realizadas en esta ganadería se deben tener en cuenta dos factores, como son
las capeas y el toreo propiamente dicho, de ahí que estas tientas sean mucho
más complejas que las tradicionales, donde solo se fijan en si la vaca es brava
o no en el caballo y si sirve y aguanta para instrumentarle 30 muletazos, que
es la fiesta que actualmente tenemos.
Una vaca buena para el torero, puede ser débil y cobarde en las
capeas y viceversa, una vaca que de
candela en las capeas puede ser imposible para el toreo actual. Por lo tanto
las tientas tienen que ser un compendio de ambas cosas. Que sirvan las vacas
para el toreo, ya que sus hijos se lidiarán en novilladas y becerradas, y que
sean aptas para las capeas donde saltarán sus hijas, por lo tanto estas tientas
son muchísimo mas complicadas que las tradicionales.
Se han visto algunas de estas vacas navarras, que en las
tientas tradicionales cualquier ganadero las hubiese mandado directamente al
matadero, manseaban en el caballo y luego en la muleta no tenían ni un pase,
pero luego en la capea han sido superiores, se arrancaban de largo al roscadero
humillando y metiendo riñones en el encuentro, o bien eran auténticas máquinas
de embestir y de perseguir a los recortadores, de aquí se deduce lo complejo de
las tientas para estos ganaderos, que pueden ver vacas imposibles para la forma
de interpretar el toreo de la actualidad, pero, sin embargo pueden dar un juego
superior en las capeas.
Las vacas de casta Navarra suelen dar muy buen juego en las
capeas, aunque en la tienta tradicional se observa la dificultad de estas reses
para interpretar el toreo actual, dificultad que, por otra parte, otrora no era
tal. Por lo tanto de aquí deducimos que gracias a las capeas se sigue
manteniendo el encaste navarro en buena dosis
D. José M. Fraile incorporó a su ganadería reses de casta
Navarra, pero esto no tenía mucho mérito, porque en aquel entonces estas reses
las solicitaban los toreros, lo que si es importante es que D. Félix Ozcoz
mantuviera este encaste. Gracias al amor que este ganadero procesaba a las
capeas y por consiguiente a las vacas navarras ha llegado hasta nuestros días
un pequeño reducto de lo que fue uno de los encastes fundacionales del toro de
lidia.